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El sermón corresponde a la lección número uno del curso Fundamentos de la fe, y se enfoca en una introducción sistemática a la doctrina de la Palabra de Dios, es decir, a la Biblia como revelación escrita divina. El pasaje ancla de esta enseñanza es 2 Timoteo 3:16, donde se afirma que “toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia”, versículo que será fundamental para sostener las afirmaciones doctrinales de la clase. 

I. La Biblia como Palabra de Dios 

Desde el principio, el predicador establece que la Biblia es la fuente fundamental y absoluta de toda verdad cristiana. Es la revelación escrita, inspirada e infalible de Dios.  

Se afirma que la Escritura misma reivindica este carácter divino: más de 2.500 veces en el Antiguo Testamento y más de 40 veces en el Nuevo Testamento se declara como “palabra de Dios”. 

El carácter divino de la Biblia es respaldado por: 

1. La constante reivindicación de ser Palabra de Dios. 
2. El testimonio unánime de los profetas, de Cristo y de los apóstoles, quienes predicaron, enseñaron y difundieron la Escritura como verdad divina. 
3. El carácter único de la Biblia, superior a cualquier otro texto religioso por ser santa, perfecta y distinta. 

II. Atributos y autoridad de la Palabra de Dios 

Cinco aspectos definen la autoridad y los atributos de la Escritura: 

1. Autoridad absoluta: Es la norma suprema en doctrina, reprensión e instrucción. Mientras los hombres pueden errar, la Palabra de Dios es inerrante. 
2. Suficiencia: La Escritura provee todo lo necesario para la vida y la piedad (Isaías 55:11; 2 Pedro 1:3–4). 
3. Inerrancia e infalibilidad: Es completamente verdadera y confiable en sus escritos originales, sin error alguno (Salmo 12:6; Proverbios 30:5). 
4. Origen divino: No es de origen humano. Aunque escrita por hombres, éstos fueron movidos por el Espíritu Santo (2 Pedro 1:20–21), lo cual garantiza su perfección. 
5. Reflejo del carácter de Dios: La Escritura refleja los atributos de Dios: verdad, perfección, confiabilidad. 

Ignorar la Palabra de Dios —dice el predicador— es ignorar a Dios mismo. De allí la gravedad de menospreciarla o de no someterse a su enseñanza. 

III. Características poderosas de la Palabra 

Se destacan siete efectos o características transformadoras de la Biblia: 

1. Es activa: Tiene poder para obrar en quienes creen (1 Tesalonicenses 2:13). 
2. Es verdadera: Siempre cumple su propósito (Isaías 55:10–11). 
3. Es poderosa para salvar: Es el instrumento por el cual Dios comunica el mensaje de salvación en Cristo (Romanos 1:16; 1 Corintios 1:18). 
4. Es viva: Da vida espiritual (Juan 6:63; Hebreos 4:12). 
5. Es purificadora: Limpia al creyente (Efesios 5:26). 
6. Es nutritiva: Es el alimento necesario para el crecimiento espiritual (1 Pedro 2:2). 
7. Es santificadora: Mediante ella el creyente es transformado a la imagen de Cristo (Juan 17:17–19). 

La madurez espiritual en la iglesia está directamente relacionada con el estudio constante y la obediencia a la Palabra de Dios. Donde no hay alimento bíblico, no hay crecimiento. 

IV. La Palabra como revelación de Dios 

Se introduce aquí la doctrina de la revelación, es decir, la forma en que Dios se ha dado a conocer al hombre. El sermón distingue entre: 

A. Revelación general: 

Es el testimonio de Dios por medio de la creación y la conciencia humana. Todos los hombres, sin distinción, reciben esta revelación: 

• Por medio de la creación: Salmo 19:1–4; Romanos 1:20. 
• Por medio de la conciencia: Romanos 2:14–15; Eclesiastés 3:11. 

Propósito: dejar a la humanidad sin excusa ante el rechazo de Dios. 

Límites: No puede conducir a la salvación; su conocimiento es general, no específico; la naturaleza está bajo maldición; y es de carácter temporal. 

B. Revelación especial: 

Es la autorrevelación específica y directa de Dios, necesaria para conocer el camino de salvación. Sus medios incluyen: 

1. Intervenciones directas: Dios habló a Adán, a Israel, a Moisés, etc. 
2. Sueños y visiones: Como los que recibieron los profetas e incluso el apóstol Juan en Patmos. 
3. La encarnación de Cristo: Jesús es la revelación máxima de Dios (Colosenses 1:15; Hebreos 1:3; Juan 1:1–5). 
4. Las Escrituras: Inspiradas por Dios, son superiores a la revelación general por su especificidad, permanencia y autoridad doctrinal. 

V. Contrastes entre revelación general y especial 

1. Duración: La naturaleza perece; la Palabra es eterna. 
2. Estado: La creación está corrompida; la Palabra es perfecta. 
3. Alcance: La revelación general es limitada; la Escritura es completa para la salvación y la vida piadosa. 

Conclusión teológica 

El sermón concluye reafirmando que la Biblia es la revelación escrita de Dios, inspirada, inerrante, infalible, y la única fuente de verdad espiritual. Tiene autoridad absoluta para gobernar la fe y la vida del creyente. Su poder y naturaleza reflejan el carácter mismo de Dios. Por medio de ella, y supremamente en Cristo, Dios se ha revelado al mundo con el fin de ofrecer salvación y guía al hombre. Esta salvación, aunque gratuita para nosotros, tuvo un alto costo para Cristo.